Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío… y Jennifer Lawrence acaba de probarlo con sabor a colmillo. La actriz, conocida por su espontaneidad y humor afilado, reveló entre risas que su nuevo proyecto junto a Robert Pattinsonha sido como un “desquite” que llevaba casi dos décadas cocinándose.
La cinta, titulada Die My Love y dirigida por Lynne Ramsay (Tenemos que hablar de Kevin), se estrena el 14 de noviembre en España, y no solo marca un nuevo reto profesional para Lawrence, sino también un curioso reencuentro con el pasado: aquel que la dejó fuera de la saga Crepúsculo.
En una entrevista con Variety, la ganadora del Óscar recordó que en sus inicios hizo una audición para interpretar a Bella Swan, pero las cosas no salieron como esperaba:
“Me rechazaron inmediatamente. Ni siquiera me llamaron para avisarme que no me habían elegido”, contó con su característico toque de humor.
Pese a la negativa, el destino tenía otros planes. Su papel en Winter’s Bone (2010) le abrió las puertas al universo de Los juegos del hambre, donde se convirtió en la inolvidable Katniss Everdeen. Y aunque su carrera tomó un rumbo estelar, Lawrence admite que siempre tuvo curiosidad por compartir escena con el “vampiro más famoso del cine”.
“Es la venganza que siempre he deseado”, bromeó.
Más allá del desquite, Lawrence también elogió a su nuevo compañero de rodaje, destacando una cualidad poco común en Hollywood:
“Lo que más me gusta de trabajar con Robert es que podemos estar en la misma habitación sin decir una sola palabra por mucho tiempo. Eso lo valoro muchísimo”.
Así que sí, Jennifer Lawrence finalmente mordió el papel (y la oportunidad) que el destino le negó en 2008. Solo que esta vez, sin brillos, sin vampiros adolescentes… y con toda la experiencia del estrellato a cuestas.