La icónica serie infantil 31 Minutos volvió a encender la pantalla grande con el estreno de Calurosa Navidad, su nueva película dirigida por los creadores del programa, Pedro Peirano y Álvaro Díaz. Y sí, el título lo dice todo: aquí la Navidad no llega con nieve, bufandas ni renos congelados… sino con solazo, abanicos y mucho humor latino.
La cinta nos lleva a Titirilquén, la ciudad ficticia donde Tulio Triviño y compañía deberán salvar la Navidad luego de que fuera cancelada por una ola de calor extremo. Un caos total que solo los títeres más queridos de Latinoamérica podían convertir en una aventura navideña inolvidable.
Una Navidad que por fin se parece a la nuestra
Lejos de los clichés del cine navideño tradicional, Calurosa Navidad abraza sin pudor lo que vivimos cada diciembre en este lado del mundo: ventiladores a toda velocidad, villancicos en sandalias y ese calorcito que nos derrite más rápido que un chocolate en el tablero del carro.
El lenguaje, los chistes y las situaciones son puro espíritu latino, algo que ha convertido a 31 Minutos en un fenómeno cultural desde hace dos décadas. Y esta película no solo mantiene esa esencia, la potencia.
Para muestra de ello, la inesperada participación de la cantautora mexicana Julieta Venegas, quien interpreta un número musical de “Mi muñeca me habló” que ya promete volverse inolvidable para los fans.
Humor inteligente… y mucho del clásico caos de 31 Minutos
La película mantiene ese sello tan característico del programa: humor simple, brillante y lleno de ingenio. Entre vendedores de sombras para combatir el calor, abanicos en huelga y mimos que cantan villancicos sin emitir sonido, chicos y grandes explotan de risa por igual.
Calurosa Navidad logra ese equilibrio perfecto entre nostalgia para los adultos que crecieron con la serie y frescura para las nuevas generaciones que la están descubriendo.
Un nuevo clásico navideño… versión hemisferio sur
Con su estilo irreverente, su identidad latinoamericana y personajes que ya son parte del imaginario colectivo, la nueva película de 31 Minutos se posiciona como un candidato natural para convertirse en un clásico navideño alternativo: uno donde no hay copos de nieve… pero sí mucho corazón.