Aunque muchos la asocian con conejos o con mejorar la vista, la zanahoria es mucho más que un vegetal naranja. Este tesoro originario de Asia no solo se ha ganado un lugar en casi todas las cocinas del mundo, sino que también deslumbra por su arcoíris de colores y beneficios.
Sí, leíste bien: ¡no todas las zanahorias son naranjas! Las hay amarillas, rojas, moradas y hasta blancas, cada una con su propio toque nutritivo y un perfil que parece sacado de un laboratorio de superalimentos.
La zanahoria naranja es la estrella clásica, famosa por su alto contenido de betacarotenos y vitamina A, que ayudan a mantener la piel radiante y los ojos saludables. Pero la amarilla tiene más luteína, ideal para proteger la vista del cansancio digital (sí, ese que deja el celular).
¿Y la roja? Está cargada de licopeno, el mismo antioxidante que le da su color al tomate, y de antocianinas, que ayudan a mantener joven el cuerpo desde adentro.
Así que la próxima vez que prepares una ensalada o un jugo, atrévete a combinar colores: no solo será un festín para los ojos, sino también una dosis de salud disfrazada de arcoíris.
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