Para algunos, el 1 de mayo es sinónimo de “¡al fin un descanso!”, pero para otros, es la fecha más importante del año para alzar la voz.
Y no, no es solo por las marchas ni los discursos, sino porque este día nos recuerda que el trabajo no debería ser sinónimo de cansancio eterno, sino de dignidad, oportunidades y, por qué no, un sueldo que alcance para algo más que sobrevivir.
En Guatemala, mientras unos aprovechan para hacer carne asada o lanzarse un maratón de series, otros se colocan sus camisetas sindicales y salen a marchar por condiciones más justas. Este 2025 no es la excepción: desde temprano, colectivos laborales llenan las calles del Centro Histórico con pancartas, consignas, y claro, tamborazos que retumban en la zona 1.
Y aunque suene a cliché, no todos pueden descansar. Pilotos, repartidores, agentes de seguridad, médicos y personal de limpieza siguen en sus puestos, demostrando que el país no se detiene del todo. Muchos de ellos ni siquiera tienen acceso a prestaciones laborales. Sí, en pleno 2025.
Pero el 1 de mayo también es una excusa para agradecer a quienes nos ayudan todos los días: la señora que hace los almuerzos, el joven que trae tu pizza, el mecánico que te salva la semana o la profe que se desvela corrigiendo tareas. ¡Este día también es de ellos!
Así que este jueves, entre protestas, descanso o turno extra, no olvides lo esencial: el trabajo debería abrir puertas, no cerrar sueños.
Y sí, está bien descansar, pero también toca preguntar: ¿estamos trabajando para vivir o viviendo para trabajar?