Las uñas ‘bedazzled’ regresan con más brillo que nunca y conquistan el 2025


Si algo dejó clarísimo el 2025 en el mundo de la belleza es que más es más. El brillo volvió a la escena y decidió quedarse, y la prueba está en la tendencia que se robó todos los likes del año: las uñas ‘bedazzled’, esas manicuras llenas de cristales, gemas y destellos que hacen que hasta mover la mano sea un momento de glamour.

Lo que empezó como un guiño nostálgico al maximalismo de los 2000 terminó convirtiéndose en la tendencia favorita de celebridades, creadoras de contenido y amantes de la belleza. Y es que las uñas bedazzled lograron algo único: ser llamativas, sí, pero también versátiles y personalizables para cualquier estilo.

¿De qué se trata esta manicura brillosa?

El término “bedazzled” significa literalmente “deslumbrante”, y no hay descripción más precisa. Este estilo consiste en decorar la uña con pedrería, cristales, perlas o piezas metálicas que se adhieren cuidadosamente con un pegamento especial y se sellan para que el brillo dure tanto como la actitud.

El resultado es un efecto joya que convierte cada uña en un mini accesorio de lujo. Y lo mejor es que funciona para todas: uñas largas, cortas, en punta almendra, cuadradas, naturales o acrílicas… el brillo no discrimina.

La tendencia se adapta al mood de cada persona. Hay quienes optan por tonos nude para un toque chic y discreto, y quienes apuestan por colores vibrantes y diseños cargados para un look totalmente extra. Sirven para bodas, fiestas, cenas especiales y también para darle un upgrade a un outfit casual de jeans y camiseta.

No es sorpresa que celebridades como Dua Lipa, Cardi B y Kylie Jenner hayan impulsado su popularidad desde alfombras rojas hasta sesiones de fotos. TikTok también hizo lo suyo: el hashtag #BedazzledNails suma millones de visualizaciones, y entre tutoriales, transiciones y videos ASMR de uñas brillando bajo la luz, la tendencia se volvió un fenómeno.

Al final, las uñas bedazzled son una celebración del brillo, el glamour y la libertad creativa. Porque si algo aprendimos este año es que el glitter nunca es suficiente, y que unas uñas llenas de gemas tienen el poder de transformar cualquier día… o al menos, cualquier selfie.