El músico británico Brian May, guitarrista de Queen, anunció este viernes su dimisión como vicepresidente de la sociedad para la prevención de la crueldad animal (RSPCA) al considerar «atroces» los estándares de bienestar animal en granjas certificadas de los programas de ese organismo.
La etiqueta certificada de la RSPCA, que indica que la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos han sido producidos ateniendo a estándares estrictos que exceden los requisitos legales del Reino Unido, está siendo revisada actualmente por la citada organización.
Casi 4.000 granas participan en ese programa, cuya etiqueta se utiliza para informar a los compradores del país acerca de los elevados estándares de bienestar animal.
El veterano guitarrista, que lleva años haciendo campaña por los derechos del bienestar animal y es cofundador de la fundación Save Me Trust, que abandera los derechos de los zorros y los tejones, compartió su carta de dimisión «con profunda tristeza» en su cuenta de Instagram.
«Me habéis mantenido informado mediante la fundación Save Me Trust de las quejas que en los últimos meses se han elevado a la RSPCA sobre estándares atrozmente malos de bienestar animal en granjas adheridas al programa de la RSPCA», explica el músico.
«He comprendido que la RSPCA necesitaba tiempo para evaluar la evidencia y adoptar decisiones sobre qué medidas tomar. Pero cuanta más evidencia irrefutable sale a la luz, encuentro que la respuesta de la RSPCA es completamente inadecuada», agrega.
También apunta que es consciente del «trabajo maravilloso» que la organización ha desempeñado a lo largo de los años y asegura que se siente «descorazonado» de retirar su apoyo.
Entre las quejas contra la organización figuran acusaciones que sostienen hacinamiento, mala higiene y, en algunos casos, abuso físico de ganado por trabajadores de granjas.
Por su parte, una portavoz de la RSPCA indicó que han puesto en marcha una revisión independiente que se realizará a lo largo de varios meses, y que incluirá visitas no anunciadas a más de 200 miembros del programa.
«Una vez hayamos analizado los hallazgos, adoptaremos cualquier medida robusta necesaria», señaló.