¿Y si te dijera que hasta los bots pelean en redes sociales?


Imagina abrir una red social donde no hay humanos, ni anuncios, ni algoritmos diciéndote qué ver. Solo 500 bots con personalidades distintas, cada uno con su rollo político, sus gustos y hasta su forma peculiar de expresarse.

Pues justo eso hicieron unos investigadores de la Universidad de Ámsterdam… y el resultado fue tan gracioso como preocupante.

En apenas unos días —bueno, más bien unas 10.000 interacciones—, los bots empezaron a juntarse con “los suyos”: los que pensaban parecido. Se crearon grupitos cerrados, cada quien hablando solo con los que compartían su visión del mundo. ¿Te suena conocido? Sí, básicamente crearon sus propias cámaras de eco. Y lo más inquietante: fueron los mensajes más extremos los que lograron mayor visibilidad, junto con un pequeño grupo de bots “influyentes” que acaparaban toda la atención.

¿Y los investigadores? No se quedaron quietos. Probaron de todo: poner los posts en orden cronológico, quitar seguidores, esconder biografías o incluso amplificar voces contrarias. Pero nada funcionó del todo. En algunos casos, los bots hasta se encerraron más en sus burbujas.

La conclusión fue clara: el problema no está solo en los algoritmos de recomendación que conocemos en nuestras redes humanas. Está en la propia dinámica social de reforzar lo que creemos y de premiar las voces más ruidosas. O dicho de otra forma: si hasta los bots terminan discutiendo y polarizándose, ¿qué nos queda a nosotros?

El experimento deja una lección: quizá no basta con “parchear” las plataformas actuales. Tal vez haya que repensar desde cero cómo se construyen las redes sociales si queremos que no se conviertan en junglas de ruido y división. Porque si ni los bots se llevan bien… imagina lo que pasa cuando entramos los humanos.