¡Por fin, Instagram! Ahora sí podés decirle al algoritmo: ‘¡Dejá de inventar!
Durante años hemos vivido como rehenes de un algoritmo que parecía tener vida propia. Ese ser misterioso que decide qué vemos, qué nos gusta y hasta quiénes somos en Instagram.Algunas veces nos lee tan bien que da miedo, y otras… bueno, otras nos bombardea con recetas de coliflor que nunca pedimos.

