Este 21 de mayo se cumplen 105 años desde la creación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), una institución que ha estado al frente de las políticas públicas para el desarrollo del agro guatemalteco desde 1920.
Fundado mediante el Decreto Legislativo 1042, el MAGA nació con el propósito de atender “como corresponde” uno de los pilares económicos del país: la agricultura.
Desde entonces, ha atravesado distintos periodos históricos, reformas estructurales, y ha sido testigo de los desafíos sociales, económicos y ambientales que han moldeado la producción agrícola y ganadera en Guatemala.
Hoy, la cartera enfrenta un escenario complejo: cambio climático, migración rural, bajos niveles de tecnificación en el campo y la necesidad de garantizar seguridad alimentaria.
Pese a la modernización en ciertas áreas, amplias regiones del país siguen dependiendo de métodos tradicionales de cultivo, mientras que miles de productores reclaman mayor acceso a asistencia técnica, financiamiento y mercados.
La pregunta de fondo es si, tras más de un siglo, el agro guatemalteco ha logrado avanzar de la mano de las políticas impulsadas por esta cartera.
Mientras algunos sectores destacan avances en regulación sanitaria y exportación, otros apuntan a una deuda histórica con los pequeños productores y comunidades rurales.