La quinta temporada de Stranger Things por fin llegó a Netflix y, fiel al estilo de la plataforma, muchos ya se maratonaron el volumen 1 como si el Upside Down los persiguiera. La reacción del público: emoción, nostalgia y teorías por todos lados.
La reacción de los críticos: otro episodio del eterno “me gusta, pero no tanto”.
Y es que aunque la audiencia sigue aplaudiendo con fuerza, la puntuación en Rotten Tomatoes marca otra pequeña bajada en su famoso termómetro crítico.
Pasamos del casi perfecto 97% de la temporada 1 a un todavía muy respetable, pero cada vez más modesto, 87% en la quinta entrega. Nada grave —“¡nueve de cada diez críticos la aprobaron!”— pero suficiente para alimentar el debate de si la serie está llegando justo a tiempo a su final antes de desgastarse más que las bicicletas de Mike.
Al final, Stranger Things sigue siendo ese fenómeno pop que une a fans de todo tipo: los que desayunan teorías, los que aman a Eleven sin condiciones y los que solo vienen por los ochenteros vibes. Los críticos podrán decir lo que quieran, pero el Upside Down todavía tiene mucha magia que entregar… y sus seguidores, cero intención de soltarlo.

