Si creías que ya lo habíamos visto todo en el mundo del romance —red flags, green flags, toxicidad nivel mil—, el 2025 llegó a recordarnos que el amor sigue evolucionando… y también su diccionario.
La nueva tendencia que domina TikTok, Instagram y hasta las terapias de pareja son los “beige flags”, esas señales que no son malas, pero tampoco buenas; simplemente, raritas.
Son esos detallitos que te hacen levantar la ceja y pensar: “¿Así es él/ella… o debería preocuparme?”. No generan alarma como los red flags, ni enamoran como los green flags. Los beige flags son más bien esas conductas curiosas que dicen algo de la persona, pero no necesariamente algo peligroso.
Entonces… ¿qué cuenta como beige flag?
Puede ser que tu pareja coma cereal con agua, que hable con el GPS aunque no le responde, que tenga 387 alarmas en el teléfono o que siempre diga “ahorita” sin aclarar si significa 5 minutos o 2 horas.
Son hábitos que no te hacen correr, pero sí te hacen preguntar: ¿por qué eres así?
¿Y por qué ahora importan más que los red flags?
Porque la conversación sobre relaciones cambió. Ya no buscamos “alguien perfecto”, buscamos alguien real. Y lo real viene con rarezas.
Las personas quieren conexiones más auténticas y menos infladas por expectativas imposibles.
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Además, los beige flags ayudan a entender compatibilidades desde un lado más humano y divertido. A veces, un beige flag es solo eso: una peculiaridad. Pero en otros casos revela cosas más profundas, como estilos de comunicación, manejo del tiempo o prioridades en la vida diaria.
El encanto de lo imperfecto
Lo que hace especiales a los beige flags es que se volvieron parte del lenguaje del amor moderno. Una forma de decir:
“No eres perfecto, pero me caés bien así.”
Las redes ya lo usan para reírse, pero también para reflexionar sobre cómo convivimos con las manías del otro. Porque, aceptémoslo, todos tenemos alguna… y probablemente ya se volvió el beige flag favorito de alguien.
La tendencia que vino para quedarse
En un mundo donde las relaciones rápidas vienen con advertencias gigantes, los beige flags se sienten más relajados. Son una invitación a conocerse mejor sin dramatizar, a aceptar las diferencias y a recordar que la vida en pareja también se trata de reír.
Y al final, quizá los beige flags importan más que los red flags porque son los que de verdad muestran quién es una persona cuando deja de intentar impresionar.

